Le he pedido a aquella estrella que me abrace y no me suelte
porque entre sus brazos ha quedado mi corazón recién remendado.
Porque tus palabras formaron cada pieza del rompecabezas,
Porque de ellas nació la espada que clavaste en medio de mis viejas heridas
Porque tu recuerdo nada en mi mente y recorre mis venas
como un veneno que absorbe mis fuerzas.
Eres el motivo por el que al levantarme le agradezco a Dios un día mas y por el que al anochecer le pido no despertar jamás.