sábado, mayo 15

Carta de amor para el cafetin bohemio

Buenos Aires, 2011
Para mi obsesión, para mi amor.
Hoy me he levantado como todos los días de este año, sin vida, sin ganas de continuar, solo pensando ¿en qué estarás?, cuanto te extraño, por las noches, solo puedo pensar en ti, coloco una almohada sobre mi cabeza para que simule el peso de tu mano que me acaricia, y me imagino que estás a mi lado, ahí, acostada con ese aroma tan excepcional que me lleva a delirar.
¿Cuántos meses más hacen falta?, para volver allá, para tenerte entre mis brazos y besar poco a poco tu espalda. ¡Mmmmm!, cierro los ojos y puedo sentir mi nariz rozando tu piel y acariciando cada cicatriz de tu cuerpo, y esos tatuajes q tanto me excitan. Puedo sentir como cada centímetro de las yemas de mis dedos recorren tus hombros en son con mis besos.
Camino al trabajo de madrugada, me reconforta saber que al otro lado del continente estás ahí, levantada, desayunando; quizás, o tal vez, simplemente trotando a través de esos verdes árboles que tantas veces nos escondieron del sol mientras nos besábamos.
Oh! Que besos nos dábamos, con tanta pasión, cargados de amor y deseo, no te miento si pudiera en este momento agarraría mis maletas y volaría a tu lado, pero sabes que debo esperar, sabes que debo terminar de estudiar; para cuando vuelva; darte todo como la princesa que sos.
Solo me queda el consuelo, de qué me estás esperando, de que cuando llegue no habrá fuerza que separe mis labios de los tuyos, que nuestros cuerpos volverán a ser uno en la arena, que el mar guanacasteco será testigo de todas las noches que estuve alejado de ti. Y el frío en las montañas de la Zona de los Santos no será suficiente para apagar el calor de nuestros cuerpos.
Te amo no lo olvides nunca,
Adolff