lunes, enero 4

Pedí ayuda, Clame piedad, puse mi orgullo atrás
busque una mano, una palabra, un abrazo
pero el tiempo absorbió mis lágrimas y
esperando que llegaras, que llamarás
se convirtió parte del pasado.
El dolor con gran desazón se volvió enojo,
se volvió decepción.

La navaja besa mis manos y ante la frustración
me tienta a teñir las lágrimas de rojo,
mientras una vos en mi cabeza insiste en que no vales la pena

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