jueves, noviembre 28

un lugar

Hay un lugar donde el río corre sin cesar
donde se corroen las piedras
donde mi silencio es vida
y las emociones se calman.

Hay un lugar que no necesita de amigos,
de piedad,
donde la tristeza se detiene
y la ira se va.

Galopan los caballos negros,
atravesando la ciudad,
me buscan,
me quieren atrapar,
pero hay un lugar
donde no pueden entrar.

Me escondo, donde no pueden mirar
escucho su bufido,
están molestos,
tratan de quebrar los vidrios
de saltarse las cercas,
se cruzan entre ellos,
y al golpear los casquillos
lanzan fuego.
A quien engaño
si de verdad les temo.

Arrastran lasa cadenas del pasado
los miedos de la niñez
los temores de la juventud.
Muchas veces me les enfrenté
pero estoy sin fuerzas,
aquellos me han abandonado,
el misionero me da de beber,
parece agua; per no lo es.

Uno, dos, tres  tragos,
lo necesario para desaparecer,
no se puede beber en copa,
en vaso, ni en botella,
pero gota a gota
se va durmiendo la mente
y desacelerando el corazón

Hay un lugar donde nada importa
donde no hay tiempo, ni tarifa
donde se puede ser.


Setiembre 2019

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