jueves, mayo 28

Esto no justo! Exclamó
no es justo, y cayendo sobre sus rodillas se rindió ante la angustia que aquella noche le acompañaba, se aferró a la foto y con un beso dijo adiós, reprochando el camino por el que nos transita la vida, consciente de que su infortunio no era más que una cabeza de agua en medio de la llovizna, aunque para ella en ese instante significaba el fin de una vida, el anhelo no respondido, el dolor ensangrentado en vivo.

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