jueves, mayo 7

¿Quién nos dio potestad de matar?

¿Quiénes somos; para con la frente en alto en señal de gran moralidad, dejar caer la mano al ritmo de la guillotina?
 ¿Cuál deidad nos dejó escoger quién vive y quién muere?
¿Quién nos dijo con aire divino que tenemos derecho a juzgar?
¿Por qué crees que al contrario de la de tu hermano; tu vida vale más?
¿Quién nos dio potestad de matar?
¿con qué permiso desenvaino la espada y doy muerte a mi enemigo?
¿Acaso, no me convierte  también en asesino?
¿Quién dice que el joven tiene más vida que el viejo?
¿Acaso, no puede enfermar y morir, también?
Un mismo árbol; no siempre da la misma cosecha
Dependerá de los cuidados e inclemencias
y aún de adulto puede ser transplantado,
se podrán podar sus piernas; para qué fuertes crezcan.
¿No hay en el mundo suficientes muertes, no hay suficiente violencia, suficiente llanto, suficientes gemidos, suficientes clamores sin escuchar?
Para agregar nosotros; en soberbia, más.
Un árbol nunca está lo suficientemente torcido para no dar sombra.

4-5-2020



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