Tengo el alma enferma, enferma por no poder conformarme con solo saber, enferma de sentir el dolor en la mirada de los demás, en esa mirada que se va mezclando con la mía, enferma de la vergüenza por ella misma.
Se enfermó por el miedo a equivocarse, se enfermó al equivocarce, al ver y escuchar al padre. Se enfermó por tener la razón cuando era mejor no tenerla; por la traición.
A mi espíritu lo enfermaron los que piensan solo en el placer por el placer, el entender mas no comprender; la duda; la inseguridad, la agresividad hacia el débil, la critica destructiva. la enfermaron la impulsividad y el no poder reaccionar
Me enfermo el sentirme perdida en el espacio y el tiempo, el sentir fustración, el no poder controlar toda situación, el conocer mis límites, mas no la forma de aceptarlos.
Todo enfermo a mi pequeño corazón, asesinado al final por la impotencia, la mas grande de toda enfermedad; aquella que te muestra la soledad y el vació interior; convirtiéndolos en ansiedad y desesperación, en miles de dagas lanzadas que no dejaran de atravesarte, de lastimarte.
28-3-08
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